Stu Mead

Stu Mead – Minneapolis, 1955. Artista estadounidense famoso por plasmar en sus obras diversos tabúes de la sociedad actual. La controversia radica, en que muchos han catalogado sus obras de pornográfica, debido a la utilización de niños en situaciones controvertidas.  

A la pregunta de si su trabajo es erótico o pornográfico, el artista responde así:

Cuando algo es sexual, pienso que es pornográfico. Erótico es una palabra suave, que la gente suele aceptar. Erótico es una palabra que contiene pornografía pero que no amenaza a nadie. Con pornografía, representas algo grueso, que se hace en un momento, sin nada de romance o humor. La pornografía es la palabra perfecta para definir mi obra. Cubre los dos aspectos en los que trabajo: arte e historias de sexo explícitas. La gente tiende a utilizar la palabra pornografía cuando ve a hombres o mujeres en posiciones que desagradan. Creo que están equivocados. Lo que yo veo es a un ser humano que hace que un cuerpo responda a otro de manera intensa, quizá, extraña. Un cuerpo realzando, poniendo sobre un altar, a otro cuerpo.

En los cuadros de Mead, las niñas casi nunca son víctimas, sino ejecutoras, vengadoras, viciosas o, como máximo, hacen gala de esa falsa inocencia que Weininger atribuye a la hembra humana. Los niños apenas se asoman a este país de las pornomaravillas y, cuando lo hacen, suelen estar disfrazados de niña (a ciertas edades, sólo la entrepierna diferencia a ambos sexos). En cuanto a pinturas puramente homosexuales, sólo recuerdo una, en la que un adolescente de enorme rabo se masturba mientras chupa el micropene de un niño mariquita y una niña los observa desde un cuadro. En este sentido, Stu afirma que:

 “Sólo dibujo niñas; los niños no me interesan… a menos que estén travestidos, transformados en dulces niñitas”.

Joyce diría que Stu Mead plasma en sus obras imágenes irreales que su alma contempla constantemente porque no puede (o no quiere) encontrarlas en el mundo real. Su obra es fuerte, explícita, obscena, escandalosa, pero siempre fascinante y en absoluto gratuita: se nota que las visiones le salen de las tripas o, mejor, de los testículos (tal vez por eso su fanzine se llamara “Man Bag”). Son niñas que viven en un tiempo indeterminado (el tiempo atemporal de la infancia) y en un lugar de cuento, sí, pero de cuento guarro, de cuento que Disney jamás llevaría al cine porque pone sobre el tapete una verdad del barquero que los “bienpensantes” se niegan a aceptar: que los ángeles también tienen sexo. Y que aquello de que el lobo feroz quería comerse a Caperucita no es más que una metáfora pedófila.

A veces, el propio artista se pone en el papel de la pequeña nínfula seducida por un perro, un niño, un cuadro, una niña, una mujer, un demonio o lo que sea. Él mismo lo confesaba en un texto publicado en el número 4 de “Man Bag”:

“Durante los últimos años, mi interés por dibujar chicas menores de 15 años se ha convertido en una preocupación. Cuando era adolescente y veinteañero, dibujaba niñas pequeñas con pelo rubio y tirabuzones, imágenes dulces. Yo me identificaba con ellas, eran versiones femeninas de mí mismo. Ahora, que tengo treintaitantos, estas niñas se han convertido en objetos de deseo: ya no son tan inocentes, pero me siguen representando. La pintura de una niña apoyada en una silla mientras su perro lame miel de su vagina sería más honesta si fuese un niño delgadito y medio lisiado haciéndose una paja, pero no quiero dibujar esa escena: prefiero ver a una niña con un bonito vestido, con sus cabellos flotando alrededor de su cara. Hacer imágenes de mujeres y niñas es una forma de hacerme más bello haciendo cosas bellas. En mi familia el ideal de belleza era de sexo femenino. Mi padre, mi madre y mi hermana estaban preocupados con la perfección y yo sabía que estaba muy lejos de ella siendo deforme físicamente, así que hay una conexión: yo mismo imaginándome a mi mismo siendo perfecto y visualizando esa perfección en ser una mujer. Últimamente me imagino qué pasaría si cojo un dibujo de una preciosa  niña y reemplazo su deliciosa carita por mi fea jeta. Así nació Stuartina. ¿Es ella el resultado de una forma extraña de alquimia o sólo el mal chiste de una revista barata de humor? Sé que para muchos de vosotros ella no es Boner-City, pero yo creo que es muy dulce”.

Stu Mead Oficial: http://www.stumead.com

http://en.wikipedia.org/wiki/Stu_Mead